El presidente Joe Biden anunció el jueves que no tenía la capacidad legal para desviar fondos de un proyecto destinado a construir varios kilómetros de nuevas barreras a lo largo de la frontera sur. Esta declaración contradice directamente su promesa de campaña de no construir “ni un pie más de muro”, lo que generó críticas intensas por parte del presidente de México.
El miércoles por la noche, se publicó en el Registro Federal, el boletín oficial del gobierno de Estados Unidos, un aviso que autoriza la construcción en Texas. El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, afirmó en el aviso que existe una necesidad urgente de construir barreras físicas y caminos en las proximidades de la frontera.
En agosto, el último mes con cifras disponibles, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos registró 232,972 encuentros en la frontera suroeste, siendo la mayoría de los migrantes procedentes de México, El Salvador, Guatemala y Honduras.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, condenó rápidamente esta medida, afirmando que autorizar la construcción del muro representa un retroceso y que no aborda las causas fundamentales del problema migratorio.
Para permitir la construcción, la administración tuvo que renunciar a una serie de regulaciones federales relacionadas con cuestiones ambientales, históricas e indígenas. Biden también argumentó que los fondos habían sido asignados en 2019 por la administración anterior.
“El dinero fue asignado para el muro fronterizo”, afirmó Biden el jueves cuando los periodistas cuestionaron si esta medida representaba un cambio en la política fronteriza de la administración. “Intenté que se reasignara y redirigiera ese dinero, pero no lo hicieron. Mientras tanto, la ley establece que debemos usar el dinero para lo que fue asignado, y no puedo evitarlo”.
Cuando se le preguntó si consideraba que el muro fronterizo era efectivo, Biden respondió negativamente. Además, los funcionarios de la administración aclararon que las estructuras estarán construidas sobre “cimientos móviles”.
El expresidente Donald Trump reaccionó rápidamente ante la noticia, afirmando que las ruedas y las paredes son las dos cosas que han funcionado consistentemente a lo largo de la historia.
En medio de esta controversia, López Obrador destacó que Biden había sido el único presidente que no había construido el muro hasta ahora, pero también reconoció las fuertes presiones a las que se enfrenta.
Además, el jueves, López Obrador se reunió con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y Mayorkas en la Ciudad de México para una discusión de alto nivel sobre seguridad.
Esta decisión llega en un momento en que Washington está inmerso en agitaciones políticas debido a un giro sorprendente de los acontecimientos. Antes de ser destituido a principios de esta semana, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, pareció vincular la aprobación de la solicitud de Biden de 24 mil millones de dólares en fondos para Ucrania con la demanda de los republicanos de reforzar la seguridad fronteriza.
La administración Biden aclaró que no ha habido un cambio en la política de muros fronterizos y que su posición sigue siendo que el muro no es la respuesta. Los defensores de los derechos de los inmigrantes en Texas condenaron esta medida, argumentando que castiga aún más a las personas vulnerables de las comunidades, que ya están desatendidas y pasadas por alto por los gobiernos regionales y estatales, al aumentar las barreras fronterizas.
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